domingo, 11 de enero de 2009

DESHACIENDO UN MALENTENDIDO SOBRE LA ASTROLOGIA: LOS ASTROS NO NOS INFLUYEN





Para empezar me gustaría deshacer el malentendido según el cual se cree que la Astrología defiende la teoría de que los astros tienen alguna influencia en nosotros. A parte que la Luna, debido a su proximidad, tenga efectos sobre la Tierra, como las mareas, este no es un efecto que tenga ninguna relación con la Astrología. Es decir, la Astrología no se basa ni estudia si los planetas nos influyen o no, sino que ESTUDIA LA RELACIÓN ARQUETÍPICA QUE TENEMOS CON ELLOS Y LO HACE A TRAVÉS DE UN LENGUAJE SIMBÓLICO.

Aun cuando el término arquetipo pide ser desarrollado en un artículo aparte, para entender mejor qué quiere decir una RELACIÓN ARQUETÍPICA y un LENGUAJE SIMBÓLICO me gustaría presentaros un par de ejemplos.

Si nos ponemos un termómetro y este nos marca fiebre, lo que ha sucedido es que el termómetro ha sido sometido a la misma energía (en este caso temperatura) que nosotros y a través de un lenguaje simbólico establecido empíricamente (es decir, por encima de 37ºC se tiene fiebre y por debajo, no) sabemos si tenemos fiebre o no. ¿Vamos a dar la culpa al termómetro o al Mercurio de tener fiebre? ¿Pensaremos que el termómetro nos influye de alguna manera haciendo que tengamos fiebre o no?

No, sencillamente el termómetro nos ha ayudado a leer lo que está pasando en nuestro cuerpo o lo que es lo mismo, por analogía y a través de un lenguaje simbólico nos ha hecho de espejo y nos ha dado una información valiosa que podemos utilizar por tomar decisiones.

Otro ejemplo. Si un bailarín nunca se ha mirado a un espejo, puede creer que cuando baila adopta la posición correcta pero de hecho será sólo una impresión subjetiva. Si se mirara en un espejo podría, objetivamente, observar si la posición es correcta o no, pese a su sensación subjetiva. El espejo lo ha ayudado a conocerse más, a ver como lo hace y a comprobar si su visión subjetiva era correcta o no. Con esta información podrá cambiar o corregir su posición, si es que así lo quiere.

A través de estos dos ejemplos intentaré explicaros cómo funciona la Astrología que practico.

Para empezar me gustaría definir la palabra ANALOGÍA, que muy resumidamente podríamos decir que es la existencia de parecido entre dos conceptos o acontecimientos que pueden ser expresados con una misma representación.

Es decir si dos conceptos comparten ciertas cualidades o cierta analogía, pueden ser comparados entre ellos. Si los podemos comparar significa que hay la posibilidad de crear un lenguaje que lo pueda hacer. Así, el mercurio del termómetro y la temperatura de nuestro cuerpo son dos cosas diferentes, pero ambas son parecidas porque comparten ciertas cualidades energéticas y esto es lo que ha permitido construir la analogía. Lo mismo pasa con el cuerpo del bailarín y su imagen en el espejo.

Una vez presentado el principio de analogía y la posibilidad de crear un lenguaje simbólico que compare dos realidades análogas, hace falta saber cuales son las realidades análogas de las cuales trata la Astrología. Los antiguos ya las escogieron. Por un lado, los acontecimientos en la Tierra, y por el otro, el movimiento de los planetas en el cielo. Y fue a través de millones de observaciones, de teorizaciones y de posteriores constataciones que crearon un lenguaje que unía empíricamente estas dos realidades, la Tierra y el Cielo.

PERO NOS PODRÍAMOS PREGUNTAR: ¿SE EQUIVOCARON LOS ANTIGUOS? ¿COMO SABÍAN SI ESTAS DOS REALIDADES ERAN ANÁLOGAS?

Para dar respuesta a esta pregunta tendremos que trasladarnos al contexto en el cual vivimos, el Universo. La Astrología se basa en que en el Universo la energía está continuamente transformándose y lo hace de una manera ordenada. Estas transformaciones o cambios generan momentos y pautas energéticas que engloban, definen y afectan todo el Universo a cada instante. Así, en un momento energético determinado, tanto la galaxia más grande, como los planetas, como el niño que apenas acaba de nacer, se pueden considerar manifestaciones análogas de este mismo momento energético.

ES DECIR, LOS PLANETAS Y EL NIÑO SON DIFERENTES EN FORMA, NATURALEZA Y MANIFESTACIÓN PERO DE ALGUNA MANERA SON REALIDADES ANÁLOGAS Y POR LO TANTO PUEDEN SER RELACIONADAS A TRAVÉS DE UN LENGUAJE SIMBÓLICO Y SER INTERPRETADAS. ESTE LENGUAJE ES LA ASTROLOGIA.

Y para acabar el artículo me gustaría explicaros una divertida anécdota del pintor Pablo Picasso que nos hace reflexionar sobre el tema de las analogías y de los lenguajes de representación, como puede ser el lenguaje simbólico. En una fiesta, un señor le preguntó a Picasso porque no pintaba la gente tal y como era en realidad. Como respuesta el pintor le preguntó a su interlocutor como era su esposa y este le mostró una fotografía de su mujer. Ah!, dijo Picasso, así que su esposa sólo mide 30 centímetros!!

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LA ASTROLOGIA SIEMPRE HA DESPERTADO ACTITUDES INTENSAS, DESDE LAS PERSONAS QUE LA VIVEN COMO UNA VERDAD INAMOVIBLE A LAS QUE LA VEN COMO UNA PROFANACIÓN A LA LÓGICA CIENTÍFICA. LA VERDAD ES QUE SIN UN CONOCIMIENTO PROFUNDO Y COHERENTE DE ELLA ES DIFÍCIL OPINAR CON CRITERIO Y SENTIDO COMÚN. ESTE ES EL MOTIVO POR EL CUAL UNO DE LOS PROPÓSITOS DE ESTE BLOG ES CREAR UN ESPACIO PARA CONOCER MEJOR LA ASTROLOGIA Y OTRAS DISCIPLINAS Y TÉCNICAS QUE SE RELACIONAN CON ELLA Y PROMOVER UNA REFLEXIÓN COHERENTE SOBRE SUS PRINCIPIOS Y PROPÓSITOS.