Holístico es un adjetivo que en los últimos años se ha puesto mucho de moda. Pero, ¿qué quiere decir? y, sobre todo, ¿qué implicaciones puede tener en nuestra manera de vivir o de entender la Astrología?
Cuando hablamos de una visión holística del mundo, nos estamos refiriendo a una comprensión del conocimiento que no se basa en procesos lineales o secuenciales, en los cuales las partes se estudian compartimentadas o separadas entre ellas y sin una visión de conjunto. La visión holística se fundamenta en una comprensión global e integradora en la cual las partes se estudian de manera simultánea y formando parte de una unidad más compleja o conjunto. Además, cada parte de este conjunto, por minúscula que sea, no sólo aporta toda la información del conjunto sino que además participa activamente del conjunto y la ayuda a definir o, en otras palabras, a ser el que es. Por lo tanto cada parte tiene a la vez un papel interactivo o creador en el conjunto global.
Si pensamos en cada una de las células de nuestro cuerpo, lo entenderemos mejor. Cada célula es una parte de nuestro cuerpo pero a la vez cada una trae, transcrita en el código genético, información de todo el cuerpo. Y además, cada célula tiene la capacidad de interactuar y provocar un cambio en el conjunto.
Esta visión holística también nos enriquece con una nueva dimensión cuando miramos la realidad, puesto que nos permite observar las múltiples interacciones que se producen en ella y nos orienta hacia la comprensión y la percepción de la importancia del contexto. Si miramos la realidad o una cosa concreta en su conjunto apreciaremos interacciones y sutilezas que se nos escapan cuando la miramos de manera diseccionada desde alguna de sus partes.
De hecho, cada vez más a menudo, vemos nuevas tendencias en todas las disciplinas que promueven esta mirada global e interconectada, tal y como muy bien anticipaba Firtjog Capra en su libro El Tao de la Física, defendiendo la idea que el nuevo paradigma que está emergiendo pertenece i participa de esta mirada holística del mundo, en la cual el mundo se observa des de una visión integrada y no como una disociación mecánica de las partes.
Pero, ¿qué implicación tiene esto en nuestras vidas?
El hecho de ser conscientes de que vivimos en un mundo holístico nos abre los ojos y las puertas al potencial que tenemos para poder interactuar con él y nos permite convertirnos en creadores de la vida que queremos vivir. Nosotros, como parte de un Universo holístico, también tenemos capacidad para interactuar con él y por lo tanto capacidad para dirigir nuestra vida o nuestra experiencia de la vida, hacia dónde deseamos. Y es en esta mirada que encontramos las últimas tendencias que nos hablan de la capacidad creativa para promover la buena suerte o la felicidad o una vida mejor. Tenemos como ejemplos dos best-sellers recientes: The Secret, de Rondha Byrne y La Buena Suerte, de Àlex Rovira.
El tema da para mucho más y ya volveremos a hablar de el. Por el momento me gustaría terminar este artículo con una frase de Antoni Blay Fontcuberta que nos puede hacer reflexionar sobre esta cuestión. Dice así: el destino es aquello que nos sucede si no hacemos nada por evitarlo. Y es en este principio en el cual también se fundamenta la Astrología para intentar mejorar nuestras vidas promoviendo una actitud responsable, activa, consciente y dirigida.
Cuando hablamos de una visión holística del mundo, nos estamos refiriendo a una comprensión del conocimiento que no se basa en procesos lineales o secuenciales, en los cuales las partes se estudian compartimentadas o separadas entre ellas y sin una visión de conjunto. La visión holística se fundamenta en una comprensión global e integradora en la cual las partes se estudian de manera simultánea y formando parte de una unidad más compleja o conjunto. Además, cada parte de este conjunto, por minúscula que sea, no sólo aporta toda la información del conjunto sino que además participa activamente del conjunto y la ayuda a definir o, en otras palabras, a ser el que es. Por lo tanto cada parte tiene a la vez un papel interactivo o creador en el conjunto global.
Si pensamos en cada una de las células de nuestro cuerpo, lo entenderemos mejor. Cada célula es una parte de nuestro cuerpo pero a la vez cada una trae, transcrita en el código genético, información de todo el cuerpo. Y además, cada célula tiene la capacidad de interactuar y provocar un cambio en el conjunto.
Esta visión holística también nos enriquece con una nueva dimensión cuando miramos la realidad, puesto que nos permite observar las múltiples interacciones que se producen en ella y nos orienta hacia la comprensión y la percepción de la importancia del contexto. Si miramos la realidad o una cosa concreta en su conjunto apreciaremos interacciones y sutilezas que se nos escapan cuando la miramos de manera diseccionada desde alguna de sus partes.
De hecho, cada vez más a menudo, vemos nuevas tendencias en todas las disciplinas que promueven esta mirada global e interconectada, tal y como muy bien anticipaba Firtjog Capra en su libro El Tao de la Física, defendiendo la idea que el nuevo paradigma que está emergiendo pertenece i participa de esta mirada holística del mundo, en la cual el mundo se observa des de una visión integrada y no como una disociación mecánica de las partes.
Pero, ¿qué implicación tiene esto en nuestras vidas?
El hecho de ser conscientes de que vivimos en un mundo holístico nos abre los ojos y las puertas al potencial que tenemos para poder interactuar con él y nos permite convertirnos en creadores de la vida que queremos vivir. Nosotros, como parte de un Universo holístico, también tenemos capacidad para interactuar con él y por lo tanto capacidad para dirigir nuestra vida o nuestra experiencia de la vida, hacia dónde deseamos. Y es en esta mirada que encontramos las últimas tendencias que nos hablan de la capacidad creativa para promover la buena suerte o la felicidad o una vida mejor. Tenemos como ejemplos dos best-sellers recientes: The Secret, de Rondha Byrne y La Buena Suerte, de Àlex Rovira.
El tema da para mucho más y ya volveremos a hablar de el. Por el momento me gustaría terminar este artículo con una frase de Antoni Blay Fontcuberta que nos puede hacer reflexionar sobre esta cuestión. Dice así: el destino es aquello que nos sucede si no hacemos nada por evitarlo. Y es en este principio en el cual también se fundamenta la Astrología para intentar mejorar nuestras vidas promoviendo una actitud responsable, activa, consciente y dirigida.
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